Lo que sucedió cuando empecé a usar inteligencia artificial con objetivos de bienestar
Un desafío personal de 15 días usando la Inteligencia Artificial en casa.
Otro día más me despierto a las 7 de la mañana con el sonido de la alarma. Tras posponerla varias veces, decido levantarme y me arrastro hacia la ducha. Café en una mano, iPhone en la otra, me detengo a recapacitar por un momento. ¿Qué pasaría si dejara de estar conectado o no fuera accesible todo el tiempo? ¿Cómo podría usar mi abono de transporte con tanta facilidad? ¿O qué hay de esos paseos nocturnos en Uber? Mi obsesión por el control de la tecnología, especialmente la telefónica, seguramente me está causando más mal que bien.
Bueno. Es verdad. Reconozco que soy un fanático de la tecnología y tiendo a probar todo lo que tiene una batería incorporada, pero también reconozco que me he convertido en una persona dependiente de la misma, razón por la cual decidí hacer algunos pequeños cambios en mi vida para mejorar mi bienestar personal. Dado que siempre intento promover el bienestar en los demás, lo ideal sería comenzar dando ejemplo , ¿no?
Recientemente, en el trabajo, compramos uno de estos súper altavoces inteligentes de Amazon Echo que cuenta con el potencial de una señora muy simpática llamada Alexa — un asistente personal inteligente que se suponía que nos facilitaría la vida. Y para ser sincero, era la mejor escusa para celebrar con música cada vez que cerramos un trato. Para estos casos también tenemos un gong, pero la verdad es que poner “ They see me rollin ‘, they hatin’ “ es mucho mas atractivo.
Además de reproducir de forma aleatoria algunas estaciones de radio de Europa del Este donde no podíamos entender una palabra y, gradualmente, aprender el folclore de Lituania, Alexa era increíble y tremendamente divertida. Entonces, dada mi naturaleza inquisitiva y mi obsesión por la variedad, compré un Google Home para mi casa, dispositivo que aparentemente tenía un reconocimiento de voz aún mejor. Personalmente, no pude ver ninguna diferencia, pero el hecho de que Google Home pareciese un ambientador contemporáneo creado por algún diseñador sueco, fue un punto a su favor.
Después de leer “ The Sleep Revolution “ de Arianna Huffington, combinado con una serie de episodios de insomnio que me hicieron ir a la oficina con una sonrisa sorprendentemente fresca en la cara, empecé a estudiar la posibilidad de dejar todos mis dispositivos fuera de mi dormitorio de una vez por todas.
“En el mundo actual, caracterizado por su ritmo vertiginoso, estamos siempre conectados, acosados perpetuamente y también privados de sueño, como consecuencia nuestra necesidad de dormir bien por la noche es más importante y elusiva que nunca” — Arianna Huffington.
- OK, Google. Configura una alarma a las 7 AM. — ¡Bien!
Oh wow. Eso fue fácil, easy-breezy. De este modo, no necesito tener mi teléfono móvil en la mesita, recordándome constantemente la necesidad de chequear eltimeline de mi Facebook a las 12 AM y ver la actualización del viaje a Grecia de mi compañero de secundaria al que no veo desde los 15 años. Así pues, estoy empezando a amar mi nuevo y amigable ambientador parlanchín.
- OK, Google. Reproduce mi lista de “Relax” en Spotify. — ¡Por supuesto!
Siempre me gustó estar en la cama escuchando música relajante antes de meterme en la cama, lo que hasta ahora implicaba usar mi teléfono para reproducir canciones e inconscientemente saltar a la espiral de enviar mensajes de texto a mis amigos y meterme de lleno en las redes sociales. Una vez más, tampoco necesitaba mi teléfono. Hasta aquí todo bien.
- Hey Siri, lanza la aplicación Breathing para Mindfulness .
Antes de decir algo: sí, tengo un Apple Watch. Pero, ¡hey! antes de quitarlo de mi muñeca y haber activado el modo de vuelo, esta aplicación genial de Apple Watch con una especie de movimiento de una flor abriéndose me ayuda a relajarme con un ejercicio de respiración profunda. Después de eso, es hora de apagarlo.
- OK, Google. Reproduce la radio de BBC News. — ¡Sí señor!
Mi rutina matutina cambió completamente con el simple hecho de despertarme sin usar la alarma de mi teléfono móvil. Tomar una ducha, vestirme y disfrutar del desayuno escuchando las noticias bebiendo un espresso era la nueva rutina que quería seguir manteniendo. Me hizo despertarme con más energía, parecía moderno e incluso mejoró mi estado de ánimo.
Hace poco leí en la cuenta de Instagram de Thrive una cita de la modelo Bella Hadid en la que afirmaba lo siguiente: “ Ya no utilizo mi teléfono cuando me levanto. Creo que esa es la razón por la que a veces tienes un mal comienzo en la mañana, cuando comienzas tu día con esa energía”.
Y la verdad es que es completamente legítimo. De revisar mi teléfono a las 7 de la mañana y comenzar a respondiendo Whatsapps, preguntándome a quién le gustó mi última foto de Instagram de un pastel o alzando una ceja ante el ingente número de correos electrónicos que me queda por leer (¿la gente trabaja los domingos?), me mudé a una rutina ligeramente más saludable: revisar mi teléfono de camino a la oficina y leer mis correos electrónicos cuando me siento en mi escritorio a las 9 AM. Algo justo y coherente.
Importante destacar que también comencé a practicar algunos ejercicios de mindfulness antes de irme a dormir y redescubrir nuevamente una de mis mejores y viejas pasiones olvidadas, como es leer un buen libro en la cama. No hace falta decir que mi yo geek también descubrió que nuestras pantallas amadas emiten luz azul, que inhibe la secreción de melatonina, una hormona que influye en los ritmos circadianos, lo que hace más difícil para nosotros conciliar el sueño.
Algunas veces, necesitamos desconectarnos para volver a conectarnos.
No digo que la Inteligencia Artificial funcione para todos nosotros de la misma manera, pero puedo definitivamente admitir que vale la pena intentarlo. En 15 días mejoré notablemente mis patrones de sueño inestables y esporádicos, me desperté de mejor humor y me sentí más saludable, más feliz y con más energía mientras aprendía cómo desconectarme y relajarme.
Namasté, y buenas noches.
